Desde nuestros inicios hasta hoy

En 2014 cumplimos veinte años. Sí, veinte años desde nuestro primer barrio, que lanzamos allá por noviembre de 1994. La historia de Eidico no es lo que se podría decir rigurosamente lineal, más bien es de esas historias que, como en la mitología griega, transforman a su protagonista a lo largo del camino, y con él, a quienes lo acompañan. Habla de esas travesías que, si bien mantienen un rumbo y un objetivo final, desarrollan en su curso diversos senderos, llegando a la meta habiendo transformado ciertas realidades. ¿Por qué digo esto? Porque nuestro objetivo como empresa estuvo siempre claro: satisfacer necesidades de vivienda a través de un sistema cooperativo. Pero el resultado de ese sistema fue cambiando.

San Pablo, un barrio esperado

Entusiasmados por la excelente respuesta que obtuvo Santo Tomás, con mucho optimismo anunciamos el lanzamiento de su vecino, San Pablo. 

A simple vista es tan sólo un campo extenso y uniforme, pero entre el pasto firme, fortalecido por su pasado como campo de deportes, y el azul del cielo, se esconden las historias de los valientes que dijeron “SÍ” a una increíble oportunidad. Familias, parejas y amigos confían en que Santo Tomás nació para ellos, que es la mejor opción para dar un paso que los acerque a sus planes. Y fue tan buena la respuesta a este lanzamiento que decidimos sacar una lupa para entender el porqué de tanto entusiasmo y así poder repetir la experiencia. Encuestando a más de 200 suscriptores, esto es lo que descubrimos:

Una oportunidad como pocas

Una de las ciudades que emerge con más fuerza en el interior del país recibirá a San Felipe, un proyecto que rebasa de expectativas y que se ubica dentro de una potencia en gestación.

Para los que no se conforman con existir entre cuatro paredes, para los que persiguen un conjunto de cualidades óptimas para vivir bien, Luján es una gran opción. Conscientes de que el entorno propicia mucho más que una linda vista; que un contexto verde y espacioso contribuye a la salud y al bienestar, cada vez son más los que se acercan a Luján, no para visitar la legendaria Basílica, sino para asentarse en una ciudad que crece a pasos agigantados.